Las Normas de la Arquitectura...
Todas las artes, necesitan a genios que las potencien, que las adapten al inescrutable paso del tiempo, que las dignifiquen. La arquitectura, encontró en la persona de Frank Lloyd Wright, a uno de ellos. Originario de una familia británica de pastores instalada en las praderas de Wisconsin, lo que sin duda, influyó en su posterior concepción de la arquitectura, pronto se decantó por esta disciplina que le llevó a trabajar en varios estudios, pero fue con Louis Sullivan con quien inició su importante y trascendental carrera, una de las más importantes en su campo, siendo reconocido como el renovador de la arquitectura del siglo XX. Su visión humanizante de la construcción, le hizo concebir edificios perfectamente adaptados a las condiciones para las que habían sido diseñados, bien fueran edificios de tránsito social, como museos, oficinas u hoteles, o de uso familiar, como sus famosas casas. No puedo referirme aquí a una vasta vida dedicada al arte conceptual e individual de Lloyd, ni a su vasto bagaje, pues ello sería objeto como mínimo, y supongo la haya, una tesis doctoral. Pero su legado, es el más importante y la más bella muestra de su arte, que nutrió a más de tres generaciones de arquitectos de todo el mundo. Como todo gran maestro, obvio es decir, que tuvo sus detractores, que según mi opinión, quedan en evidencia, ante la obra de exquisita factura de este ícono de la arquitectura mundial.
Frank Lloyd, tuvo una devoción cercana por el poeta Walt Whitman, al que consideraba el cantor de la vitalidad existencial, del individualismo creativo como medio de favorecer al todo:
Yo me celebro a mí mismo, canto a mí mismo, y lo que yo acepto también tú lo deberás aceptar, porque cada átomo que me pertenece te pertenece igualmente a ti. Walt Whitman «Hojas de hierba»
Por último, Frank Lloyd, en su «A Testament (1957)», explica entre otras cosas:
«Quienquiera que se halle empeñado en la obra creativa está expuesto a la persecución odiosa de las comparaciones. Las odiosas comparaciones constituyen la peste de la creatividad cuando esté implicado el principio poético, porque solo por comparaciones comprende la mente inferior; comparaciones, frecuentemente equívocas, adoptadas una por otra como bases utilitarias. Pero la mente superior comprende por análisis; del estudio de la Naturaleza.»
Decir también, que estuvo relacionado con la filósofa y escritora Ayn Rand, desarrolladora de los principios filosóficos del objetivismo y autora de la novela «The Fountainhead (El manantial. 1943)», donde el protagonista, el arquitecto Howard Roark, es una prolongación arquetípica del propio Lloyd y, no reconocida oficialmente por él.
Posteriormente fue llevada al cine de la mano del director King Vidor, con el mismo título de la novela.
A continuación podemos admirar, algunos de sus más emblemáticos diseños:
Esta magna construcción, fue destruida en parte por varios terremotos y, sobre todo por los bombardeos americanos del 10 y 11 de marzo de 1945, que derrumbaron el 40% de la obra original y, aunque se promulgó su restauración, los costos y disputas surgidos entre sus dirigentes, concluyeron con su demolición en 1964. Una pérdida irreparable, dada la suntuosidad y dimensiones de esta gran obra.
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Frank Lloyd Wright (pronunciado [frank lojd rajt]; Richland Center, 8 de junio de 1867 - Phoenix, 9 de abril de 1959) fue un arquitecto, diseñador de interiores, escritor, y educador estadounidense, que diseñó más de mil estructuras, de las cuales se completaron 532. Wright proponía el diseño de estructuras que estuviesen en armonía con la humanidad y el entorno que las rodeaba, una filosofía conocida como arquitectura orgánica. Fue el iniciador del movimiento Prairie School, desarrollando el concepto usoniano de la vivienda. En 2019, ocho obras de Wright fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. (Wikipedia)
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