Sueñas con un Perdido Banco...
El banco
En mi continua lid
con lo que de todo me destierra,
siempre está él.
Un banco alejado
de cualquier sitio,
de los lupanares de voces
y de las santas advocaciones
de caridades y penas.
Nada había alrededor
que me hiciera sentir
el abandono,
que el banco cambiaba
en rotundo silencio.
Un verde desconchado
sobre la madera
descubría sus grietas;
no eran distintas
a las que la pintura de mi vida
dejaba a la vista.
Y ahora que mi vida
pasa imperceptible
en el final lance,
ya no distingo la senda,
en que muero
en silencio,
lentamente,
en el remoto lugar de los sueños perdidos,
en un banco…
en soledad.
© francisco javier costa lópez
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